Los niños más pequeños tienen miedos a seres imaginarios, ruidos fuertes, al daño físico, a la oscuridad, a la separación de los padres, a la escuela, animales. Las niñas suelen tener más miedos que los niños, tanto en número como en intensidad.
El miedo se convierte en fobia infantil cuando el comportamiento no resulta apropiado a la situación, se evita el contacto de forma reiterada con el estímulo temido, es irracional, está fuera del control voluntario o no corresponde a la edad o estadio evolutivo del niño.
Y llegados a este punto nos preguntamos qué debemos hacer para afrontar estos miedos y evitar que puedan llegar a convertirse en un problema porque sean desproporcionados, persistentes y comiencen a entorpecer la vida cotidiana o el normal desarrollo de un niño. Si las soluciones intentadas por los padres no dan el resultado esperado, se hace necesario consultar con un especialista.
Áreas de actuación
- Técnicas de modelado
- Técnicas de relajación
- Escenificación emotiva
- Observación de la conducta
- Otros…